domingo, 20 de enero de 2008

Nuestro mate...



El mate encierra todo un interesante e intrincado significado y está más allá, de ser una simple infusión que tomamos desde tiempos muy remotos.
Puede llegar a sorprender a quién no conozca que en la época de la colonia algo tan cotidiano y aceptado en nuestros tiempos, halla sido cuestionado por la Iglesia Católica.Dicha institución desató una lucha pertinaz por desterrar el mate, al punto de excomulgar a quienes lo bebieran.Acciones estas en vano debido a que la Iglesia Católica se vio enfrentada a lo inevitable, nadie dejaba de tomar mate, tanto es así que finalmente terminó no solo por aceptarlo sino también por consumirlo como hasta hoy en día.
Descubrir y descifrar la enorme cantidad de simbolismos que encierra la mateada criolla resulta gratamente interesante.El mate una costumbre rioplatense de origen guaraní y adoptada también por los gauchos del sur del Brasil, se toma de distintos modos en cada una de estas regiones. Incluso en el propio río de la plata, a diferencia de nuestros hermanos argentinos, los uruguayos lo tomamos en cualquier sitio, en la vía pública, en el hogar, el trabajo; etc.
Hoy en día y desde cientos de años viene siendo algo totalmente popular: y decimos popular abarcando todo el significado de la palabra, no queriendo dejar excluida a ninguna clase social, religiosa o cultural.De modo que un profundo conocedor del tema e historiador uruguayo, Fernando de Assuncao, hace referencia de esta forma:
"Lo que realmente distingue a los uruguayos nos es que tomen mate, sino el estado público que le dan al vicio. No sólo lo hacen en la intimidad doméstica, sino en cualquier otra parte. Hay, hubo, desde hace años, una cierta coquetería exhibicionista en el mateo uruguayo, porque el oriental exhibe el mate en la diestra como un verdadero trofeo" afirma.
El mate amigo fiel de innumerables oportunidades, en reunión con amigos y familiares, infaltable en el campo o en un paseo al aire libre, en la previa de un buen asado a la parrilla, en las interminables horas de estudio, en las agradables caminatas por nuestra codiciada rambla.Lo cual haría incontable el sinfín de oportunidades para cebarse o compartir un buen mate amargo.Además del sinnúmero de secretos y códigos que tiene éste como hecho social, se presenta el estrecho vínculo humano que conlleva , porque como dice Fernando Assuncao acerca de él:
"Iguala, comunica, enraíza, une sin tener en cuenta honores, títulos o virtudes a todo aquel que se acerca y pasa a integrar su rueda. Eliminando además, sin discusión posible, prioridades y privilegios:todos de la misma bombilla, de la misma yerba, igual cantidad de agua, cada uno a su turno, por la derecha"

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